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El mal del corredor: La periostitis tibial. Como se produce y tratamiento

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INTRODUCCIÓN

La periostitis tibial es una patología que cursa con una inflamación aguda o crónica del periostio que recubre la tibia. Es una dolencia muy común en deportistas, se presenta principalmente en corredores de fondo, corredores de largas distancias, aficionados al running y también puede aparecer en deportistas de diferentes disciplinas. Provoca una sensación de quemazón en la parte anterior de la tibia.

Antiguamente fue definida como una patología que cursa con dolor en la parte anterior e interna de la tibia, producido por una inflamación de la membrana que recubre el hueso de la tibia, también llamado periostio. Esta membrana está compuesta por una capa externa de tejido conectivo, que es vascular, fibroso y resistente y se encarga de nutrir al hueso; y una capa interna que se encarga de renovar la estructura ósea. La inflamación del periostio ocurre habitualmente entre los 2 y los 15 cm por encima del maléolo interno, en la cara antero-interna de la tibia y en la mitad de los casos afecta de forma bilateral a ambas piernas. Esta es la explicación clásica de que es la periostitis, aunque hoy día se ha visto que no siempre hay una inflamación del periostio y que en el caso de sentir ese “quemazón” en la parte anterior de la tibia y ser diagnosticado de periostitis puede haber varias patologías asociadas con la sintomatología típica de la periostitis.

Periostitis tibial

 

En la mayoría de los pacientes diagnosticados de periostitis no aparece la dicha inflamación de periostio, sino que presentan signos de osteopenia, una reacción por estrés del hueso que se vuelve doloroso y puede desembocar en fractura por estrés de la tibia.

En el síndrome compartimental medial y posterior existe un dolor por quemazón en la parte anterior de la tibia, hay estudios que demuestran que el dolor es debido al aumento de la presión intramuscular dentro de los compartimentos.

CAUSAS

Las causas principales de la inflamación del periostio o cualquiera de las patologías que provocan este dolor típico en los corredores son un esfuerzo excesivo durante un largo período de tiempo, un cambio brusco en el entrenamiento, cambios de terreno o problemas con el calzado.

Los excesivos impactos del pie con el suelo causan vibraciones, estas vibraciones unidas a las tracciones de la musculatura rígida en su inserción y los apoyos incorrectos provocan traumatismos repetidos sobre la cara anterior de la tibia, sobre su periostio, y esto favorece la aparición de la periostitis. Otra causa puede ser la excesiva rotación de la cadera, lo que provoque una torsión tibial externa aumentada con un pie hiperpronado o con excesiva eversión del talón, valgo del retropié.

Estos factores aislados o unidos pueden provocar, además, una sobrecarga de los músculos de la pantorrilla, principalmente el tibial posterior.

 

DIAGNÓSTICO

El diagnóstico de radiografía y resonancia magnética puede complementar la exploración física para el diagnóstico de la periostitis tibial; aunque el diagnóstico principalmente se realizará mediante la exploración.

La exploración física consiste en la palpación de la parte anterior de la tibia, se da una palpación dolorosa y en ocasiones puede presentar “bolitas inflamatorias” a lo largo de la tibia o tumefacción, además se valorará el tipo de pisada para ver si es la causante de esta dolencia, si es necesario se realizará un estudio biomecánico de la pisada.

TRATAMIENTO

Lo primero que se debe tratar es esta sobrecarga de la musculatura que suele ir asociada o en ocasiones, incluso, es la causante del dolor. Eliminar el factor desencadenante del problema debe ser prioritario; como sería corregir el mal apoyo del pie mediante un análisis mecánico de la pisada para definir la necesidad del uso de plantillas, disminuir la carga de entrenamiento, cambiar de calzado o cambiar el terreno por el que se entrene.

periostitis tibial

 

Dentro del tratamiento médico para la periostitis cabe destacar el uso de antiinflamatorios y analgésicos, reposo hasta que remita el dolor y siempre que haya sospecha de dicha patología se debe acudir a un profesional cualificado para que realice las pruebas pertinentes.

En el tratamiento fisioterápico clásico se ha destacado, además del reposo y medidas analgésicas y antiinflamatorias, el uso de la crioterapia o hielo, iontoforesis antiinflamatoria y ultrasonidos con un gel corticosalicilado en período crónico o subagudo, láser, correcciones ortopédicas y reanudación de la actividad de forma progresiva y controlada.

Actualmente se trata la periostitis de forma distinta, reduciendo la carga de trabajo y, además del uso de medidas antiinflamatorias, analgésicas y crioterapia, se realizan vendajes con tape rígido o esparadrapo estático para ayudar a atenuar la vibración del miembro inferior durante el impacto del pie con el suelo. Suele estar afectada la musculatura adyacente a la tibia, como es el tibial posterior, tibial anterior, peroneos, sóleo o gemelos; por lo que se trata esta musculatura relajándola y mejorando su estado; se realizan masajes descontracturantes, estiramientos para la recuperación de la misma y disminución del dolor, se fortalece la musculatura anteriormente nombrada y, antes de la actividad deportiva, se debe realizar un correcto calentamiento.

En resumen, en el caso de que el corredor tenga sospecha de sufrir esta patología debe acudir a un profesional cualificado para su correcta exploración, diagnóstico y tratamiento; reducir la carga de trabajo, realizar los cambios pertinentes en su actividad deportiva para su correcta práctica, mantener la musculatura en correcto estado con un adecuado calentamiento antes de entrenar, estiramientos y una buena descarga muscular, realizar la actividad deportiva con un vendaje compresivo, fortalecer la musculatura de la pantorrilla y aumentar la carga de trabajo de forma progresiva.

 

Diego González Tévar

Graduado en Fisioterapia

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